SALA 2
Malvinas, enclave geoestratégico

Importancia estratégica del Estrecho de Magallanes

El emplazamiento geográfico de las islas Malvinas se encuentra próximo a espacios codiciados por parte de poderes hegemónicos mundiales, muy particularmente el Estrecho de Magallanes. Históricamente, las grandes potencias desplegaron su poder naval y militar concentrándolo en los puntos de acceso y en los corredores interoceánicos. Inglaterra no necesitaba ocupar todo el Mar Arábigo, era suficiente controlar el canal de Suez, lo mismo en Gibraltar o Ciudad del Cabo. Del mismo modo, para controlar el paso entre el Atlántico y el Pacífico, no hacía falta ocupar las costas de los dos océanos, solo interesaba el control de dos grandes corredores: el istmo centroamericano de Panamá por el Norte y, por el Sur, el área magallánica. Las islas Malvinas representan un punto de apoyo o “posta marítima” para el suministro y reparación de las travesías bioceánicas. Su posesión asegura el control y monitoreo de los flujos marítimos en la región de los tres estrechos, Magallanes, Beagle y de las Hoces (Drake para la toponimia inglesa) en un momento en que el centro de la economía mundial se desplaza hacia el área del asia-pacífico. Desde la lógica imperial, estos puntos representan, debido a su valor estratégico, casus belli. Tal como lo demuestra el combate naval de las Malvinas entre la armada del Imperio Alemán y la Royal Navy durante la primera guerra mundial y el propio conflicto armado con nuestro país en 1982. En la actualidad, el estrecho mantiene su importancia geoestratégica dado que representa la única vía alternativa de acceso bioceánico en el caso de un eventual cierre del Canal de Panamá, en un contexto de creciente conflictividad entre EEUU y el bloque China-Rusia.